CRÍTICA A LA CLASE DE FILOSOFÍA
Ya se acerca la recta final del curso, y por tanto, la
valoración de algunas de las asignaturas cursadas. Después de todos estos meses
de asistencia, puedo realizar una crítica a la clase de Filosofía, y mostrar
así cómo ha cambiado mi opinión a lo largo del año escolar.
Inicialmente, no me disgustaba la idea de empezar a
estudiar Filosofía; pues según opiniones de cursos anteriores, la asignatura
era muy interesante. No obstante, poseía ciertas dudas acerca de la dificultad
de la materia; ya que no se asemejaba a contenidos dados previamente. De la
misma manera, desconocía si, personalmente, la variedad de exámenes que
debíamos realizar, me iban a resultar imposibles de aprobar. Todo ello, en
conjunto con la idea de tener que despedirme del verano, y las expectativas de lo
complicado que podía llegar a ser bachillerato; me causaba un poco de ansiedad.
Para grata sorpresa, las clases resultaron ser mucho
más amenas de lo esperado, e incluso participativas a nivel de grupo. El
temario, al no ser solo explicado con pura teoría, si no también razonado a
base de ejemplos; me permitió dudar acerca de lo que ya conocía, así como a adquirir
más criterio de decisión. Cabe destacar al profesor que, con su personalidad, nos
incentivaba a seguir el ritmo de cada clase y conocer, por consiguiente, aquello
que se disponía a explicar a continuación.
Finalmente, considero que el balance es muy positivo; ya
que he podido desarrollar mi capacidad de reflexión y comprender mejor el mundo
que me rodea. Espero que el curso que viene, la asignatura de Historia de la
Filosofía, me posibilite seguir conociendo más sobre esta materia.
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